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8 claves para afrontar la tartamudez

Nuestro hijo o hija puede tartamudear por diferentes motivos: situaciones que le provoquen nervios, al no saber pronunciar correctamente alguna palabra, querer hablar antes de pensar…

Por este mismo motivo damos las 8 sencillas claves para afrontarlo:

  1. Transmitirle calma: las personas de su ámbito (familiar, amigos, profesionales…) suelen ser las que más calma les transmiten por lo que, en situaciones en las que se produzca un tartamudeo, es necesario parar un momento y usar todas nuestras habilidades para proporcionar tranquilidad a nuestro hijo o hija. Pensad, también, que si nos ven nerviosos a nosotros ellos lo perciben siempre de una manera u otra.
  2. Adelantar las situaciones que les ponen nervioso/a: una exposición, un examen oral… Sea la situación que se tercie, adelantar los hechos puede servir para que la tartamudez disminuya e incluso llegue a no percibirse.
  3. Sustituir palabras complicadas por otras más sencillas: por ejemplo, si al decir “insecto” el niño o niña tartamudea desde el inicio podría escogerse otra más genérica como “animal” o una más simple que le sea más fácil pronunciar.
  4. NO presionarle ni agobiarle. Esta técnica nunca sirve, no hay que forzarle, presionarle… porque no trabajan bien bajo presión. Al revés, se trata de reforzar sus logros y avances ¡Siempre!
  5. Comprobar que no haya ninguna afección física (lengua, boca, dientes garganta…) ni un trastorno o síndrome asociado. En este caso recurre a un especialista, no hay nadie que pueda aconsejaros mejor.
  6. Descartar: por ejemplo, comprobar que el niño escuche bien. Muchos padres se asustan cuando un especialista les dice que vayan al médico, al otorrino… pero a menudo es simplemente para descartar otras patologías. Este punto va unido al anterior.
  7. Observar: a menudo hay que dedicar mucho tiempo en observar y fijarse. Se trata de percibir en qué momento o momentos nuestro hijo o hija tartamudea más continuamente. A veces, el foco es más sencillo (¡A veces! No siempre) de lo que pensamos, por lo que si detectamos en qué momento tartamudea más podremos ayudarle más efectivamente.
  8. Otro tip: colocar una vocal o sílaba que le sea cómoda o habitual cuando necesite iniciar una palabra o frase que le cueste. También es aplicable para discursos, exposiciones… a fin de que el tartamudeo disminuya o sea más controlado. Por ejemplo: a nuestro hijo o hija le cuesta decir “dormitorio” ya que es una palabra larga, así pues podemos decirle que diga una “suave –a” al inicio. Sería entonces: “adormitorio”.

Sea como sea, si la tartamudez de tu hijo o hija es algo continuado, recuerda acudir a un profesional. Ellos siempre van a dar la mejor visión posible de la situación y establecerán las técnicas más adecuadas para tratar una tartamudez.


Ana Jiménez Redondo

Maestra de primaria. Especialista de audición y lenguaje. 

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