Desde que tenía 14 años supe que de mayor quería ser psicóloga. Me licencié en la UNED y mi primer Postgrado lo realicé en Barcelona, lugar donde nací, donde me formé en Trastornos de la Conducta Alimentaria. Allí dediqué 6 meses a las prácticas en un centro de internamiento, donde posiblemente no sólo empecé a formarme profesionalmente sino que además crecí personalmente.

Fui compaginando mi formación superior con mi vida laboral como Valoradora de Dependencia donde conocí a la que ahora es una de mis socias y se comprometió con la misma fascinación que yo a ir creando lo que hoy es ESPLÀ. Con la misma motivación e ilusión nos adentramos en el mundo de los niños y los adolescentes y cursamos un Máster en Barcelona de psicopatología infanto-juvenil.

Continué mi formación enfocada a la corriente sistémica donde aprendí que todos formamos parte de un sistema familiar y que es importante observar a los niñ@s y adolescentes dentro de ese sistema.

ESPLÀ iba creciendo con mucho mucho esfuerzo pero con demasiadas alegrías que hacían que continuáramos luchando por algo en lo que creíamos a pies juntillas. En el camino amplié mi jornada laboral trabajando en la Unidad de Pediatría de Policlínica Miramar durante 5 años. Como os podéis imaginar esta experiencia además de muy gratificante fue enriquecedora a todos los niveles. A mi pesar, tuve que dejar a mis compañeros de la Unidad para ampliar horizontes en nuestro pequeño gran proyecto. Llegó el momento de crear otro centro ESPLÀ en Palma, del que hoy soy coordinadora, lo cual me permite aprender de todos los perfiles profesionales con los que trabajo.

Viendo las necesidades con las que me iba encontrando con el paso del tiempo, cursé un Máster en Dificultades del Aprendizaje, lo que me permite a día de hoy trabajar con toda la problemática presente en el área infantil y juvenil.

Hoy sigo con la misma o más ilusión de seguir trabajando con niños y adolescentes y poder ayudarles a ellos y a sus familias. No creo que haya nada más gratificante y esto me hace pensar que no me equivoqué en absoluto a los 14 años cuando siendo un a niña tenía claro lo que quería ser de mayor.