Cuidar las emociones de los niños durante el confinamiento
Tener un niño en casa todo el día es complicado y estamos haciendo muchísimas actividades con ellos para tenerlos entretenidos.
La rutina nos permite llevar un orden, poner unas normas Y tener objetivos claros.
Hacer actividades con ellos será importante para entretenerles ya que son muchas horas en casa…
¡Pero no hay que olvidar que ellos se enteran de todo, aunque no nos lo digan! Si nos esforzamos demasiado para calmarlos antes de que ellos puedan expresar lo que sienten, no lo van a poder sacar fuera y los vamos a tener en casa más nerviosos y desesperados y muy intranquilos, aunque no nos pongan cara de preocupados, aunque no nos digan nada…
Por eso es muy importante poder poner palabras a lo que les pasa. Si los adultos no les ayudamos, los tendremos mas revolucionados, ¡más excitados! ya que es su forma de expresar su preocupación.
No hace falta que nos digan que están preocupados o que tienen miedo, la mayoría no nos lo dirán. Lo importante es poder facilitar espacios para comunicarnos con ellos y poder expresar lo que sienten. ¡A nosotros también nos vendrá bien!
¿Como lo podemos hacer? Los primeros que debemos expresar nuestras emociones somos nosotros los adultos, no sirve de nada decir a un niño “no te preocupes” cuando ellos ven con sus propios ojos que algo pasa…luego ellos pueden imaginarse que algo va mal e incluso imaginarse que es incluso peor que la realidad.
Es importante expresar lo que sintamos, aunque eso incluya una emoción desagradable. Será importante decirlo con un vocabulario y contenido acorde a la edad o capacidades del niño. Decirles “mamá está preocupada por lo que está pasando” es normalizar la situación (luego el niño ve una congruencia entre lo que se le dice y lo que ve). Después es necesario dar una explicación que seguramente tendrá cosas positivas como: “estamos en casa para que todo vaya mejor”, “la gente colabora muy bien” “los médicos se encargan de cuidar a los infectados…”.
Muchas veces nos encontramos con muchos adultos que no manejan bien la gestión de las emociones, eso hace que les resulte muy difícil manejarlo como padres. En cualquier caso, tenemos una ocasión para cambiar cosas y para aprender. Si sacamos la parte buena de la situación todo es más llevadero y ellos también lo viven mejor.
Autor Maria Antònia Rossinyol
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